sábado, 26 de mayo de 2012

CARTELES MOTIVATIVOS

Con el fin de semana, me llega la inspiración (bueno también la holgura de tiempo) y hemos hecho unos pocos cartelitos que espero sean del agrado de alguién.

jueves, 17 de mayo de 2012

HITLER ¿ATEO?


Hitler y los líderes nazis hicieron uso de simbología cristiana y pagana en su propaganda ante el pueblo alemán, pero todavía se debate si Hitler se consideraba cristiano, pagano o de cualquier otra fe. Algunos historiadores lo han descrito como ocultista, mientras que otros autores han hecho hincapié en las referencias ocasionales del nazismo a la doctrina cristiana. La existencia de un Ministerio de Asuntos Eclesiásticos, creado en 1935 y dirigido por Hanns Kerrl, apenas tuvo reconocimiento por parte de ideólogos del partido como Alfred Rosenberg o por los principales dirigentes políticos de entonces.
A pesar de todo, se tiene constancia de que muchos cristianos creían que el nazismo era un movimiento cristiano. Incluso en los últimos años del Tercer Reich, muchos clérigos protestantes y católicos continuaban pensando que el nazismo era, en su esencia, acorde con los preceptos cristianos. Los regímenes fascistas de Europa desde los años 20 a los 40 fueron ampliamente apoyados por la mayoría cristiana. El régimen nazi en Alemania bajo Hitler, el fascismo Italiano bajo Mussolini, el fascismo Español bajo Franco, como así también la dictadura Portuguesa de la época, el régimen clero-fascista de Tiso en Slovakia y los Ustashas de Croacia son ejemplos históricos de regímenes apoyados por la mayoría de la población cristiana de la época, o por sectores influyentes del clero del cristianismo durante el siglo XX.

A continuación, voy a ir entremezclando tanto fotografías que resultan totalmente inequívocas, como toda una serie de comentarios, discursos y apología diversa que vinculan tanto al nazismo como a Hitler con el ideario cristiano. Solamente intento tener reunidas en un solo sitio todas las pruebas que he ido recopilando a lo largo del tiempo, así cuando necesite demostrarle a alguien que Hitler no era ateo, solo tendré que invitarle a visitar esta página y que lo compruebe por el mismo.
Por supuesto y para no pillarnos los dedos, todas las fotos y comentarios están debidamente documentados y pongo en cada uno/a de ellos/as la referencia histórica, la fuente de origen o bibliografía correspondiente.






El 20 de abril de 1939, el Arzobispo Cesare Orsenigo, nuncio Papal en Berlín, celebra el cumpleaños de Hitler. Las celebraciones iniciadas por Pacelli (Papa Pío XII) se transformaron en una tradición. Cada 20 de Abril el Cardinal Bertram de Berlín enviaba sus "mas calurosas felicitaciones al Fuhrer en nombre de los obispos y las diócesis de Alemania con las fervientes plegarias que los Católicos de Alemania envían al cielo desde sus altares."







Los soldados nazis alemanes llevaban en sus hebillas la inscripción “Gott mit uns” (Dios con nosotros), al igual que Hitler.



Hitler saliendo de la Iglesia Marine de Wilhelmshaven.
(From: The German Archive)

“No importa si el judío individual es decente o no. Posee ciertas características que le han sido dadas por la naturaleza y nunca podrá librarse de ellas. El judío es dañino para nosotros... Mi sentimiento como cristiano me denota ante mi Señor y Salvador como un luchador. Me indica el hombre que una vez en solitario, rodeado solamente de unos cuantos seguidores, reconoció a aquellos judíos por lo que eran e incitó a sus hombres a luchar contra ellos, y quien, ¡Verdad de Dios! era mejor como luchador que como víctima. En un amor sin límites, como cristiano y como hombre, leo el pasaje que relata como el Señor finalmente asumió Su poder y tomó el látigo para echar del templo a la raza de serpientes. Cuán terrible fue su lucha contra el veneno judío. Hoy, después de dos mil años, con inmensa emoción reconozco más profundamente que antes el hecho de que fue por eso que Él tuvo que derramar su sangre en la cruz. Como cristiano, no tengo ningún deber de dejar engañarme, pero tengo el deber de ser un luchador por la verdad y la justicia… Y si hay algo que puede demostrar que estamos actuando en forma correcta, es la aflicción que crece día a día. Porque como cristiano también tengo un deber para con mi pueblo. Y cuando veo a mi pueblo, les veo trabajar y trabajar y esforzarse y trabajar, y al final de la semana, solo tienen angustia y miseria por salario. Cuando salgo en la mañana y veo a estos hombres parados en las filas y miro sus caras hambrientas, pienso que no sería un cristiano sino un mismísimo demonio, si no sintiera compasión por ellos, si no la sintiera, como la sintió nuestro Señor hace dos mil años, volviéndose en contra de aquellos que explotan y depredan a esta pobre gente"
(Aldof Hitler, Discurso dado el 12 de abril de 1922 y publicado en "Mi nuevo orden")





Hitler rezando
La foto original dice: "Der ergreifende Abschlub der Kundgebung in Wien: Wir treten zum Beten..."
[El emocional y emotivo fin a una concentración en Viena:  Recemos ...]
Fuente: Hitler: The Hoffmann Photographs, Vol. 1, Ray R. Cowdery, Ed., 1990


“El establecido periódico Metodista, el Friedensglocke, garantizó la autenticidad de una historia acerca de Hitler donde el invitó a un grupo de diaconisas de las Instituciones Betel a su hogar en Obersalzberg. Las diaconisas entraron en la habitación y se quedaron atónitas al ver las pinturas de Federico el Grande, Lutero, y de Bismarck en la pared... Una hermana no pudo contenerse de decir: ‘Señor Canciller, ¿de dónde saco el coraje de encargarse de los grandes cambios en todo el Imperio?’ En seguida Hitler sacó de su bolsillo el Nuevo Testamento de Martín Lutero, al cual se le notaba que había sido usado mucho, y dijo tenazmente: “De la Palabra de Dios.” [Helmreich, Ernst Christian, “The German Churches under Hitler,” Wayne State University Press, 1979, p., p. 139]



Mujeres en vestidos tradicionales unidas a los Nazis en la   investidura de Ludwig Muller como Obispo de la Iglesia del Reich. Muller alababa el concepto de "una poderosa Iglesia Cristiana que uniera a todo el pueblo alemán."
"Soy ahora, como antes, católico, y siempre lo seré."
(Adolfo Hitler, al general Gerhard Engel, 1941)


“… por eso es que el profeta rara vez recibe honor en su propia tierra.”
[Adolfo Hitler (Mein Kampf); refiriéndose a las palabras de Jesús, Juan 4:44]








Hitler firma un autógrafo para una admiradora cristiana
Fuente: Hitler in Seinen Bergen, Heinrich Hoffmann, Berlin, den 24.9.35

"Estamos convencidos de que la gente necesita y requiere esta fe. Por lo tanto hemos llevado a cabo la lucha contra el movimiento ateo, y esto no sólo con unas pocas declaraciones teóricas: lo hemos aplastado."
(Adolfo Hitler, en un discurso en Berlín, 24/10/1933)


"El hecho de que el Vaticano esté concluyendo un tratado con la nueva Alemania significa un reconocimiento del estado Nacionalsocialista por parte de la Iglesia Católica. Este tratado muestra a todo el mundo, clara e inequívocamente, que la afirmación de que el Nacionalsocialismo es hostil a la religión es una mentira."
(Adolfo Hitler escribiendo al Partido Nazi, 22/07/1933; de "Hitler's Pope", por John Cornwell)




Adolfo Hitler (centro) frente al monumento a los caídos en la guerra en el pequeño pueblo de  Franken. Según Ray Cowdery, Hitler raramente perdía la oportunidad de visitar monumentos a los caídos, aún cuando no hubieran fotógrafos presentes.

Fuente: Hitler: The Hoffmann Photographs, Vol. 1, Ray Cowdery, Ed., 1990

Estoy convencido de que actúo como agente de nuestro Creador. Al combatir a los judíos estoy haciendo la voluntad del Señor."
(Adolfo Hitler  “Mein Kampf”, Vol. 1, Cáp. 8)



"La grandeza del cristianismo no estuvo en intentar negociaciones de compromiso con otras opiniones filosóficas similares del mundo antiguo, sino en su inexorable fanatismo al predicar y pelear por su propia doctrina."
(Adolfo Hitler, "Mein Kampf", vol. 1, Cáp. 12)




Hitler saluda a Muller el  "Obispo del Reich" y Abbot Schachleitner

"Quiera Dios conceder su gracia a nuestra obra, orientar rectamente nuestra voluntad, bendecir nuestras intenciones y colmarnos con la confianza de nuestro pueblo". (Discurso de aceptación de su nombramiento como Canciller El 1 de febrero de 1933)


"Quiera también la Providencia concedernos el valor y la constancia que en este recinto sagrado para todo alemán sentimos en torno nuestro, hombres que luchamos por la libertad y la grandeza de nuestro pueblo, reunidos al pie de la tumba del más grande de sus reyes". El 1 de mayo de 1933, ante dos millones de obreros alemanes, dijo: "El pueblo alemán no es ya el pueblo sin honra, de la desvergüenza, de la anarquía, de la pusilanimidad y de la incredulidad. No, Señor, el pueblo alemán es ya otra vez fuerte en su voluntad, fuerte en su perseverancia, fuerte para sobrellevar todo sacrificio. Señor, no nos apartamos de Ti. Bendice nuestra lucha por nuestra libertad y con ello por nuestro pueblo y nuestra Patria".
(Primer discurso de Hitler en el Reichstag, el 21 de marzo de 1933)



Hitler saluda a Monseñor J. Tiso, Funcionario de Estado Eslovaco, Chambelán Papal y Sacerdote Católico, en medio de la batalla del Frente Oriental en octubre de 1941.


"Como Führer del pueblo alemán y Canciller del Reich únicamente puedo en estos instantes dar gracias a Dios por haberme dado su milagrosa bendición en nuestra primera y dura lucha por nuestros derechos y rogarle que nos ayude a encontrar el camino verdadero, así como el de todos los demás, a fin de que no sólo el pueblo alemán, sino toda Europa, gocen de una felicidad en la paz".
(Discurso en el Congreso de Nüremberg de 1939)


"Frente al aniquilamiento judeo-bolchevique y frente a sus asesinos de América y Occidente de Europa, no hay más que un imperativo: poner en acción con fanatismo extremo y enconada entereza hasta las últimas fuerzas que un Dios bondadoso permite que el hombre encuentre en épocas graves para la defensa de su vida".
(Discurso del 24 de febrero de 1945)


Sacerdotes haciendo el saludo Nazi en un encuentro de la Juventud Católica en el estadio de Berlin-Neukolln en agosto de 1933.
Fuente: A Moral Reckoning: The Role of the Catholic Church in the Holocaust and Its Unfulfilled Duty of Repair by Daniel Jonah Goldhagen



EL PARTIDO, SUS ORGANIZACIONES Y SUS LÍDERES:

            La opinión del partido queda reflejada en el punto 24 de su programa que dice: "Exigimos la libertad para todas las denominaciones religiosas dentro del Estado mientras no representen un peligro para éste y no militen contra los sentimientos morales de la raza alemana".  Este párrafo se refiere a organizaciones tipo "Testigos de Jehová" o también a la religión judía. "El partido, defiende en su carácter de tal, la idea del cristianismo positivo pero no se compromete, en materia de credo, con ninguna confesión en particular. Combate el materialismo judío infiltrado entre nosotros".


Respecto a las más conocidas organizaciones del Partido, la SA y la SS podemos decir que los estandartes de las SA eran bendecidos por los obispos y además uno de los puntos de dicha organización rezaba: "Nuestro movimiento está decidido a proteger las dos confesiones: católica y protestante".


En cuanto a las "terribles" SS, debe darse a conocer el texto segundo de los juramentos que debían hacerse para ser miembro de ellas. Este decía: "¿Crees en Dios?" y debía responderse: "Sí, creo en un Dios Todopoderoso".



El Cardinal Michael Faulhaber marcha entre las filas de los hombres de la  SA en una concentración Nazi en Munich. 
Fuente: A Moral Reckoning: The Role of the Catholic Church in the Holocaust and Its Unfulfilled Duty of Repair by Daniel Jonah Goldhagen


Se ha dicho que los niños de las Juventudes Hitlerianas eran enseñados con canciones ateas. Ahora bien, hemos localizado un centenar de canciones, antiguas y modernas (algunas compuestas por el propio Baldur von Schirach, jefe de las mismas) en las cuales la religiosidad es evidente y la palabra Dios se repite con frecuencia. Un ejemplo:
“Creemos en Europa, creemos en el nuevo orden, creemos en la juventud, creemos en el triunfo de lo bueno, porque creemos en Dios”.



Joseph Goebbels: Hijo de padres católicos, Goebbels recibió una educación de tal carácter religioso. Ya en su juventud obtuvo una especie de beca de una organización católica llamada "Alberto Magno" y llegado al poder mantuvo siempre una actitud moderada. El Dr. Goebbels es autor de numerosas obras y es de la titulada "El comunismo sin máscara" de la que extraemos lo siguiente: "El bolcheviquismo niega la religión por principio, fundamentalmente y de antemano y no ve en ella más que opio para el pueblo. El nacionalsocialismo, por el contrario, con su tolerancia, respecto a las confesiones, propugna un idealismo creyente y trascendental".
En su obra: "El bolchevismo en la teoría y en la práctica", hablando sobre los sucesos ocurridos en España, escribe: "Es difícil formarse idea exacta de los detalles espantosos que llegan hasta nosotros relativos a ejecuciones de sacerdotes y atentados vergonzosos contra religiosos, por parte de anarquistas y comunistas. Este es el verdadero aspecto del ateísmo bolchevique, que todavía se atreve, en algunos países, a colaborar con las Iglesias. Pero los cadáveres de las religiosas sacadas de sus ataúdes constituyen un exponente de lo que es capaz el bolchevismo".
El día 19 de abril de 1945, diez días antes de morir y cuando los rusos se hallaban ya a las puertas de Berlín, decía Goebbels: "Debemos dar una y otra vez gracias a Dios de que en tan terribles tiempos nos haya concedido a un verdadero Führer".  Y el 3 de diciembre de 1928 había escrito: "El movimiento Nacionalsocialista se funda en un cristianismo positivo sin atarse a una determinada confesión. En él tiene su puesto tanto el protestante como el católico y el cristiano-alemán".



Una multitud de soldados alemanes ante una cruz cristiana y el Ejército Pardo de Hitler asistiendo a un servicio religioso
La primera foto proviene de:
Die Jugend Des Fuhrers Adolf Hitler: Bildbuch uber die grossdeutsche Jugend, 1942
(La juventud del Fuhrer Adolfo Hilter: Libro de fotos de la juventud alemana)
La segunda imagen proviene de:
Das Braune Heer: mit einem geleitwort von Adolf Hitler
(El Ejercito Pardo: con un prólogo por Adolfo Hitler)

Rudolf Hess: El prisionero de la paz, no era -al igual que otros dirigentes nacionalsocialistas- partidario de una determinada religión, manteniendo, casi por tradición, la recibida por sus padres. Pero ello no era obstáculo para tener un verdadero conocimiento de la existencia de Dios y de su bondad infinita y, como no, de su justicia divina. Precisamente a este respecto es conveniente recordar sus últimas palabras en el juicio de Nüremberg, donde declaró: "Soy feliz de saber que he cumplido con mi deber frente a mi pueblo...mi deber como alemán, como nacionalsocialista y fiel colaborador del Führer. No me arrepiento de nada. Si me hallara al principio volvería a actuar como lo he hecho. Siento la mayor indiferencia por las decisiones de los hombres: algún día compareceré ante Dios para rendirle cuentas y se que Él me declarará inocente".


Heinrich Himmler: Era sobrino del famoso jesuita P. Himmler, hijo del director de la Escuela católica de Munich y hermano de un monje benedictino que vivía en el monasterio de Mariaalach. En sus discursos mencionaba frecuentemente a Dios. En su discurso del 19 de octubre de 1944 decía: "Nuestro Señor ha creado los pueblos, que no son invención de la voluntad humana. En un devenir creador de milenios, nació, según sus altos designios, el pueblo alemán, con sus ricos dones, su bella patria y sus difíciles condiciones de vida. Sin limitaciones nos doblegamos ante la Ley Eterna y con ella ante la Patria".


Wilhelm Frick: Frick, ministro de las leyes raciales, era también un creyente. Llegó incluso a redactar oraciones. Una de ellas decía: "Señor, líbranos de la mentira y de la traición. Yo se que la falta de Dios y la falta de Patria aniquilan a nuestro Pueblo".

Hermann Goering: Ministro del Aire. Héroe de la Primera Guerra Mundial. Dijo en Viena el 26 de marzo de 1938: "Se afirma: ahora es exterminada la religión, ahora es eliminada la fe! Pues entonces que se me enseñe la iglesia que, como ha ocurrido en España, haya sido destruida o incendiada. Que se me muestre a los sacerdotes que hayan sido torturados o desollados. Que se me enseñe una iglesia que haya sido cerrada y en la cual los fieles no pueden rezar. Que se me muestre a un sacerdote al que se le haya impedido dedicarse a sus funciones sacerdotales o que haya sido arrastrado por las calles, después de haber sido decapitado, como hicieron los comunistas en España. Si fue detenido un sacerdote, esto no ocurrió por dedicarse a sus misiones sacerdotales, sino porque se hizo demasiado mundano. Sólo queremos que se efectué una clara separación. La Iglesia tiene sus funciones determinadas, muy importantes y muy necesarias y el Estado y el Movimiento tienen otras misiones igualmente importantes y decisivas. Si hubiésemos sido antirreligiosos o anticreyentes, ¿habría estado con nuestro movimiento la bendición del Todopoderoso? Hemos empleado toda la fuerza de nuestro sentimiento religioso para poder mantenernos firmes en la terrible lucha. ¿Creen que esto habría sido posible sin nuestra más profunda fe en Dios, en el Todopoderoso?"


La firma del Concordato por parte del Cardenal Pacelli (mas tarde conocido como el Papa Pio XII). En el año 1933, el era Secretario de Estado del Vaticano. Dos puestos hacia la izquierda se encuentra sentado Franz von Papen quien fuera Nuncio Papal en Alemania. Parado a la extrema derecha se puede ver un poco conocido prelado del Vaticano llamado, Montini, quien mas tarde se transformara en el Papa Pablo VI.
Fuente: (Fotografía contemporanea, siglo XX)

LA POSICION DE LA IGLESIA:

El Concordato:
Ya en el primer año de gobierno nacionalsocialista se logró lo que los otros gobiernos precedentes no habían conseguido: firmar un Concordato con la Iglesia Católica. Esta circunstancia echaba por los suelos las teorías democráticas de una supuesta enemistad entre ambos organismos. Entre los diversos apartados del Concordato se hallaba la reglamentación del impuesto de culto y su cobro y las distintas protecciones a la Iglesia y a sus ministros.
En el texto del Concordato puede leerse: "En virtud de las normas del Concordato el hábito religioso será protegido por una disposición civil, del mismo modo que lo están los uniformes oficiales”. El Estado sufragaba además los gastos de las facultades de Teología existentes en las Universidades alemanas que eran ocho, aparte de otros seis centros de menores dimensiones.
(He recibido la inestimable colaboración de mis amigos de "Humanismo Secular" que me han remitido el texto completo del concordato y que podeís leer AQUÍ.)

En el folleto titulado "¿Por qué el Eje ganará la guerra? Polémica y razón de la Europa cristiana" que venía a representar la forma de pensar de muchos sacerdotes, decía: "Si Hitler no hubiese forjado la actual Alemania, Europa se encontraría indefensa frente al comunismo y como la subida al poder de Hitler no puede explicarse humanamente, debemos concluir que el Dios de las Victorias coloca a Adolf Hitler en el poder para ser el salvador de la Civilización y del Cristianismo".  El presbítero José Manuel Vega y Díaz, exclama en su obra "La plaga maldita del comunismo": "Ojala que los ejércitos del Eje y sus aliados venzan y hagan desaparecer esta plaga maldita que ha roído la existencia de la humanidad en sus mismas entrañas".


En septiembre de 1933 los Diáconos Alemanes Protestantes se reúnen en Hamburgo para celebrar el centenario de su asociación. Un Pastor Protestante se dirige a sus camaradas en un discurso titulado Diaconismo como ataque:
"Todo esto es diaconismo protestante: servicio y pelea. Nosotros damos la bienvenida a todos ustedes como la SA de Jesucristo y el SS de la Iglesia, ustedes bravos... [luchadores] de la necesidad, miseria, desesperación y negligencia." [KS57]
Después de la guerra la svástica fue removida de la mayoría de las fotografías de las reuniones. Unas pocas sobrevivieron sin alterar, tal es el caso de esta.
El reverendo M. Yate Allen, inglés, decía: "Es porque soy sacerdote y porque creo firmemente en la religión cristiana por lo que acojo con regocijo y doy gracias al Todopoderoso por lo que ha sido llevado a cabo por Mussolini y Hitler".  Y el reverendo Geoffrey Dymock, vicario de St. Bede, Bristol, hablando sobre la Alemania de Hitler la calificaba como "una de las grandes razas de Europa que ha conseguido desembarazarse de las penas de una vil esclavitud de la finanza internacional".  El Nuncio Pacelli -después Papa- dijo a Hitler, con motivo de la felicitación del Año Nuevo -según el semanario "Der Ring"- "Ud. excelencia, es el salvador del Pueblo alemán enviado por Dios".
En 1942, con motivo de la guerra en Rusia, los obispos alemanes declararon: "Una victoria sobre el bolchevismo sería comparable al triunfo de la enseñanza de Jesús sobre los infieles". El sacerdote de Breslau, Dr. Nieborowski que escribió: "El triunfo de Hitler ha sido el triunfo del cristianismo amenazado de inminente peligro en Alemania y en Europa. La Iglesia Católica debe arrodillarse para dar gracias al Todopoderoso por esta salvación... A nuestros ojos y en sentido cristiano y católico, Hitler es un instrumento de la Providencia".

Una muy interesante carta fechada diciembre 2 de 1933: (traducción):
 Esta carta se refiere a un campo de concentración que era manejado por diáconos Luteranos en Bad Segeberg, cerca de Hamburgo. Los diáconos le cobraban al presidente del districto por sus gastos.
Fuente:(Archivo de la KS)

            Ahora, que cada cual opine lo que quiera. Pero los hechos probatorios han sido expuestos.

domingo, 13 de mayo de 2012

CARTELES PARA REFLEXIONAR

Aprovechando el fin de semana, nos hemos puesto a elaborar unos cuantos carteles con mensaje reflexivo, y este es el resultado:








viernes, 11 de mayo de 2012

VATICANO VERGONZOSO




La iglesia ha librado siempre una batalla con su propio personal corroído por el vicio en la que ha llevado todas las de perder. El problema ha sido que en muchos casos las transgresiones de la política oficial comenzaban en la cúspide.
Uno de los primeros papas, Sixto III (432-440), fue juzgado por otros eclesiásticos por seducir a una monja. Fue absuelto tras citar en su defensa unas palabras de Cristo: “Aquel de vosotros que esté sin pecado, que arroje la primera piedra”. En los siglos siguientes, los tejemanejes políticos y un proceso de elección corrompido impulsaron al cargo a un candidato inverosímil tras otro, ante la mirada impotente y horrorizada de los creyentes temerosos de Dios.
Y de ahí surge este estudio que tiene como objetivo el repasar la vida de algunos pontífices cuyos actos “peculiares” parecen ir en total contradicción con el mensaje de amor, respeto y tolerancia que reflejan los Evangelios que deberían representar.
Resulta casi imposible dar una cifra concreta de cuántos de los 265 papas que ha tenido la iglesia de Roma pueden ser clasificados como “indignos”. Pero lo que está claro, tras revisar lo que nos dice la historia, es que los pontífices no suelen ser tan buenos como pretenden la mayor parte de los católicos. De hecho, como se podrá comprobar en este estudio, incluso algunos de los que han sido “galardonados” con la beatificación o la santidad cuentan en sus biografías con episodios bastante comprometedores.
Por supuesto, quiero dejar bien claro que no pretendo ir contra las creencias de nadie ni este estudio será alegato anticatólico. Se trata simplemente de hacer un repaso histórico a las vidas de unos hombres, que como todos, se vieron sujetos a las mismas pasiones que el resto de los mortales. La diferencia principal estriba en que estos hombres fueron la cabeza suprema de una Iglesia que tras ascender hasta la cúpula del poder terrenal, se han dedicado a coronar y deponer reyes, imponer una moral con tintes apocalípticos a sus detractores y todo con el parapeto de una elección “divina” y una infalibilidad en lo dicho por el papa, que le sitúa por encima del resto de los mortales.
Así que vamos a repasar unas cuantas macabras historias de profanación de cadáveres, asesinatos, intrigas, violaciones, masacres en nombre de Dios… (N. del A. entre paréntesis se hace referencia de los años de su pontificado).








SAN DÁMASO (366-384)

Tras ser elegido papa se le opuso un diácono llamado Ursino. Los seguidores de Dámaso acorralaron a los partidarios de Ursino y asesinaron a 160 de ellos en una iglesia de Trastevere. Poco tiempo después fue acusado de adulterio y asesinato, aunque el emperador Teodosio impidió que se celebrase juicio alguno. Se distinguió por su persecución de arrianos, priscilianos, apolinaristas y macedonianos.










ESTEBAN VI (896-897)

Tras su elección ordenó desenterrar a su antecesor Formoso para someterlo a juicio en un concilio que reunió a tal fin y que ha pasado a la historia como el “Concilio cadavérico” o “Sínodo del terror”. En este “sínodo gore” celebraron un juicio al cadáver, le encontraron culpable, le amputaron los dedos que se utilizan para bendecir y tiraron su cadáver al río Tiber, tras arrastrar los restos por las calles de Roma. Enterado el pueblo de estos actos, se rebeló contra el papa encarcelándole para luego darle muerte por estrangulación.








SERGIO III (904-911)

Conocido como “esclavo de todos los vicios” por sus cardenales, llegó al poder tras asesinar a su predecesor y tuvo un hijo con su amante adolescente, treinta años más joven que él, la prostituta Marozia; el hijo ilegítimo de la pareja pasaría a ser el papa siguiente. Los más altos puestos del Vaticano se adjudicaban mediante subasta, como si fueran baratijas, y el papado inició su “siglo oscuro”.






JUAN XII (955-963)

A sus dieciséis años, fue acusado de acostarse con sus dos hermanas y de la invención de un catálogo de vergonzosos nuevos pecados. Descrito por un historiador de la Iglesia como “la escoria misma”, convirtió el palacio Luterano en un prostíbulo donde obligaba a prostituirse a las hijas de los nobles romanos, y donde también abundaban para su deleite propio jovencitos adolescentes, a los que premiaba nombrándoles obispos. Murió a los veintisiete años, cuando el marido de una de sus amantes irrumpió en su dormitorio, le descubrió in fraganti y le destronó el cráneo con un martillo.






BONIFACIO VII (974/984-985)

Se le considera más bien antipapa, fue nombrado papa por patricios romanos, pero al no ser confirmado por el emperador Oton I hubo de huir de Roma, llevándose parte del tesoro papal y dándole tiempo a estrangular al papa legitimo Benedicto VI. Tras diez años de exilio retornó a Roma y consiguió ocupar el solio pontificio casi durante un año. Encarcela al papa que entonces regía los destinos de la Iglesia, Juan XIV, al que hace morir de hambre por lo que Bonifacio VII está considerado como el asesino de dos papas. Falleció asesinado el 20 de julio de 985, siendo su cadáver mutilado y arrastrado por las calles romanas hasta terminar expuesto a los pies de la estatua de Constantino.








BENEDICTO IX (1032-1045)
Llega a la silla pontificia gracias a que su padre, el Conde Alberico III, que era el verdadero dueño de Roma, soborna a la Curia y consigue para su hijo tan preciado puesto a la edad de 14 años. Escandalizaba continuamente incluso a sus cardenales más curtidos pervirtiendo a niños de corta edad en el palacio de Letrán. Arrepentido de sus pecados, abdicó para retirarse a un monasterio, pero cambió de parecer y volvió a ocupar el cargo. Era “un desdichado que festejaba la inmoralidad – escribió san Pedro Damión -, un demonio del infierno disfrazado de sacerdote”.






BONIFACIO VIII (1294-1303)
Su primer acto como pontífice, fue ordenar el encarcelamiento en el castillo de Fumore, del dimisionario Celestino V que era el anterior papa que había dimitido como tal. Después de masacrar a la población entera de la ciudad italiana de Palestrina, se dio a arreglos con una mujer casada y la hija de esta y adquirió renombre en toda Roma como pedófilo desvergonzado. Proclamó en célebres palabras que mantener relaciones sexuales con niños no era más pecaminoso que frotar una mano contra la otra, lo cual debería servir para nombrarle patrón de los sacerdotes “abusa niños/as” de nuestros días. El poeta Dante reservó un lugar para él en el octavo círculo del infierno.








SIXTO IV (1471-1484)

Como muchos papas, Sixto IV incurrió en el nepotismo. Nombró en cargos de autoridad y de ingresos a más de 25 sobrinos y parientes, entre ellos 8 cardenales. Casó dos sobrinos con princesas bastardas de Nápoles, otro con la heredera del Ducado de Urbino, otro con los Sforza de Milán. Todo tan rápidamente y en tan poco tiempo que nadie llegaba a hacer el recuento de aquella parentela. Tuvo seis hijos ilegítimos, uno de ellos con su hermana. Recaudó un impuesto eclesiástico sobre las prostitutas y cobraba a los sacerdotes por tener amantes.






INOCENCIO VIII (1484-1492)

Este pontificado es recordado como la Edad de Oro de los Bastardos: reconoció a ocho hijos ilegítimos y se sabe que tuvo muchos más, aunque entre amorío y amorío encontró tiempo para poner en marcha la Inquisición. En su lecho de muerte ordenó que una bonita ama de cría le diera leche fresca de su pecho, falleció el 25 de julio de 1492 tras un intento fallido de transfusión de sangre vía oral usando la sangre de tres niños de 10 años de edad, esto también provocó la muerte de los niños por choque hipovolémico.






ALEJANDRO VI (1492-1503)

El despiadado Rodrigo Borgia, que adoptó el nombre de Alejandro VI, presidió más orgías que misas, escribió Edward Gibbon. Uno de los platos fuertes de su carrera fue la “Justa de las putas” de 1501, en la que se invitó a cincuenta bailarinas a desvestirse lentamente en torno a la mesa del papa. Alejandro y sus parientes arrojaban con regocijo castañas al suelo, y obligaban a las mujeres a postrarse a sus pies como si fueran cerdos; después ofrecieron premios en forma de finos ropajes y alhajas para el hombre que pudiera fornicar con el mayor número de mujeres. Otro de los pasatiempos de Alejandro era ver copular a los caballos, lo que le hacía “desternillarse de risa”. Tras su muerte -, el cuerpo de este papa fue expulsado de la basílica de San Pedro por considerarlo demasiado malvado para ser enterrado en suelo sagrado.








JULIO II (1503-1513)

Es recordado por haber encargado a Miguel Ángel los frescos del techo de la Capilla Sixtina. Fue también el primer papa que contrajo el “mal francés”, la sífilis, de prostitutos de Roma. El Viernes Santo de 1508 no pudo dejar que los fieles le basaran los pies por tenerlos completamente cubiertos de úlceras de la sífilis.






JULIO III (1550-1555)
El romántico recalcitrante Julio III se enamoró de un joven y apuesto mendigo a quien vio peleándose en la calle con el mono de un vendedor ambulante. El papa nombró cardenal a aquel golfillo analfabeto de diecisiete años, lo que inspiró un poema épico, “En elogio de la sodomía”, escrito probablemente por un arzobispo descontento, dedicado en su honor.




Si después de comprobar que sistemáticamente la iglesia, paradigma de la comprensión y la “eterna felicidad” no solo se dedica a tapar y esconder la realidad de sus miembros (no todos, pero si un gran número) si no que además, mientras ellos hacen lo que quieren (a lo largo de 20 siglos) nos dicen como debemos vivir nuestra vida, y debemos actuar como dicen ellos (no como algunos de ellos actúan) pues…

Por supuesto, aquí podréis echar en falta los papas que tuvieron las cristianas ideas de instaurar la caza de brujas, la inquisición o las cruzadas. Pero eso ya es harina gruesa que analizaremos en otro estudio, por falta de materia prima no será.