sábado, 26 de marzo de 2050

Bienvenidas mentes abiertas


   Hola a tod@s!!!!!!!!!

   Tras mucho tiempo siendo un mero espectador, un visitador silencioso de múltiples foros, blogs y páginas Web dedicadas al fomento de eso tan fácil como interesante de "pensar por uno mismo", creo que ya llegó la hora de compartir con otr@s mis reflexiones y pensamientos.
   Vivo en el paraíso, o al menos así se publicita la tierra que me vio nacer: “ASTURIAS PARAISO NATURAL”, por lo tanto, como estoy convencido de que tras la muerte ningún otro paraíso o infierno me espera, me dedico a disfrutar de la vida siguiendo la sabia máxima de “vive y deja vivir” que mis abuelos me inculcaron desde mis primeros pasos. Porque una de las cosas que le puedo agradecer a mi familia, es el hecho de que aun siendo ellos mayoritariamente practicantes de la religión católica, supieron darme la suficiente libertad y tener la necesaria amplitud mental para dejarme ir eligiendo mi camino, sin escandalizarse en demasía cuando siendo joven me dejaba seducir por Testigos de Jehová, Mormones, Opus Dei, Hare krishna,  Budismo Zen… o cualquier otro grupo o secta por las que pasé y de las que salía al poco tiempo como gato escaldado al darme cuenta de que con ellos no encontraba ni VERDAD ni CAMINO.
   Fue largo el camino que recorrí hasta llegar a la conclusión de que no hay más camino que la verdad que emana de la lógica y el raciocinio, que no hay más fuentes de sabiduría que las que nos ofrecen la ciencia y el razonamiento empírico, que se logra la paz interior simplemente estando en paz contigo mismo, que ningún ser invisible e imaginario hará nada por ti, que la felicidad de sentirse ciudadano del mundo disfrutando de él y de la compañía de nuestros semejantes sin mirar el “carnet” ideológico, moral o étnico al que pudieran pertenecer nos hace libres para “aprender”.
   Mi vida, como la de todos, es un continuo aprendizaje que llene mis alforjas de conocimientos y compañías que me hagan recorrer el camino de la vida ganando día a día mayores cuotas de felicidad y bienestar, eso nunca será posible si me encuadro en sectarismos, en visiones unitarias sobre la vida o en verdades únicas y absolutas. Soy libre, pero muy consciente de que mi libertad termina donde empieza la libertad de mi semejante, no pertenezco a ningún grupo ni me encuadro en ninguna ideología salvo en aquella que respete la libertad de cada individuo a ser lo que desee ser, a pensar lo que desee pensar y a vivir como desee vivir sin más imposiciones que las del respeto absoluto hacia los demás.
   No soy anti-religioso, aunque cada día soy más anti-religión, me explico. Respeto la libertad de cada persona para buscar y hallar respuestas a sus interrogantes íntimos en cualesquiera de las creencias que consideren oportunas, si deseo que respeten mi no-creencia debo ser el primero en respetar las creencias de los demás. Cada persona es libre de pensamiento para seguir la doctrina que desee, pero esa creencia no puede ni debe afectarme a mí, y eso la religión no lo permite. Lo situaré en un ejemplo claro, aquí en España la mayoría de la población es católica por lo que consideran que la forma correcta de vivir en pareja es la de formar una familia tradicional con hijos y casada para toda la vida. Pero esa creencia, muy respetable, no debe ser imperativa para toda la sociedad, no puede coartar la libertad de aquellos que o bien no desean formar familias tradicionales, o que habiéndolas formado deseen divorciarse y continuar caminos separados. Afortunadamente la inmensa mayoría de los católicos así lo entienden (de ahí mi respeto hacia sus creencias que no me influyen), pero la religión, o sea los mandos y jerarquías que adoctrinan fieles como rebaños sumisos, no solo no lo respetan sino que intentan estigmatizar a las personas que sólo desean vivir libres de dogmatismos, (por eso no pueden contar con mi respeto, sino respetan mi libertad).
    Intentaré que este blog sea una ventana abierta al mundo de la libertad de pensamiento, me sentiré profundamente realizado si con alguna de mis extrañas cavilaciones o con alguno de los aportes que iré subiendo alguien que esté buscando, se encuentre. Bienvenido todo aquel que sea ateo, agnóstico, laico, librepensador, humanista, filósofo, incrédulo o creyente con mente abierta.
   De todo corazón: GRACIAS POR ENTRAR Y LEER.

sábado, 2 de junio de 2012

¿POR QUÉ NO SOY CRISTIANO?


Hace unos días estuve contestando unos cuantos comentarios en un blog cristiano al que de vez en cuando entro para generar algo de controversia y discusión. No lo hago para intentar convertir a nadie, ni para pasar al “lado oscuro” a ninguno de sus habituales, pero he de decir que, a parte de divertirme en desmontar sus argumentos primarios con el uso de la lógica y la razón, en más de una ocasión he percibido (incluso por vía email, alguno/a de los usuarios me lo han confirmado) que he logrado generar más de una duda y algo he conseguido en mi intento de resquebrajar la sinrazón y el borregismo que impera por esos lares. Si consigo que alguno de los lectores habituales de los foros religiosos se llegue a preguntar con algo de lógica sobre los temas que se tratan, es una pequeña semillita de raciocinio que planto en huerto ajeno.
            Mis respuestas eran sobre el tema de por qué yo no sería jamás testigo de Jehová, (principalmente porque nunca, ni bajo ningún concepto pondría en juego la salud de mi hija, jamás de los jamases rechazaría un tratamiento médico, por el mero hecho de que en un libro escrito hace miles de años por unos pastores nómadas semianalfabetos diga cuatro tonterías sobre la pureza de la sangre, y un grupo de descerebrados me imponga o me condicione con sus dogmatismos a renunciar a una simple transfusión sanguínea). Y al ir escribiendo mis respuestas me di cuenta de que este tema podría de alguna manera ser bastante más amplio, abarcando la totalidad del cristianismo y claro, respuestas dadas en un blog no te permiten exponer cuestiones largas y profundas, así que me he propuesto la realización de este ensayo que a parte de ponerme a mi mismo las ideas claras, puede llegar a ser de alguna manera instructivo para cualquier otra persona que lo lea.
            Así que la pregunta es simple, pero la respuesta lo es aún más: ¿por qué no soy cristiano? Pues porque mi ética y mi moral no me lo permite.



            Bueno, en realidad habría que comenzar por matizar que en realidad la forma correcta de hacer la pregunta sería: ¿por qué no practico la religión cristiana? Y la razón es que aunque no lo queramos nuestro poso cultural es cristiano, así que podemos negar la existencia de cualquier tipo de divinidad, o no importarnos ni guiar nuestra vida bajo algún tipo de dogmatismo religioso pero la huella de la cultura cristiana es algo que tenemos y que tampoco tiene que ser algo necesariamente malo. Podemos denominarnos ateos, pero querámoslo o no nos guiamos por un calendario cristiano, nos despedimos con un adiós, nos saludamos con un apretón de manos, etc. La cultura cristiana, el Derecho Romano y la Filosofía griega son los tres pilares en los que se sostiene y construye lo que denominamos civilización occidental, así que ese poso cultural es algo que no podemos negar.
De hecho, en realidad es ese sedimento cultural transmitido a lo largo de los siglos, lo que sostiene los dogmas religiosas puesto que salvo los conversos (aquellos que siendo educados en una religión determinada, en algún momento de su vida deciden cambiar de dios o de religión) la única razón que sostiene la creencia en un determinado dios, o la aceptación de una determinada ortodoxia religiosa es simplemente a causa de la cultura religiosa dominante donde se nace. Si hubiésemos nacido en la India probablemente seriamos hindúes, en caso de ser nativos de Arabia seriamos musulmanes, o si hubiéramos llegado al mundo en el Tibet lo más seguro es que profesaríamos la filosofía budista. Y en cuanto al cristianismo el nacer en Grecia, Alemania, EEUU o Argentina será con bastante probabilidad lo único que te haga seguir cultos tan dispares como el ortodoxo, luterano, baptista o católico.
Hecha esta diferenciación entre lo que es una mera tradición cultural innegable y lo que supone la aceptación de una religión como guía de tu vida, pasare a exponer los motivos por los que mi moral y mi ética me impiden practicar y ni siquiera aceptar cualquiera de las diferentes religiones cristianas. Yo los divido en tres: los del pasado, los del presente y los del futuro. Y por supuesto, están diseccionados desde el punto de vista del creyente que yo sería y de lo que la religión me obligaría a aceptar como dogma inquebrantable.



EL PASADO:
Algo que los cristianos de cualquiera de las diferentes iglesias, sectas o grupos que componen el tan variopinto grupo religioso tienen como libro principal “la biblia”.
Como cristiano tendría que aceptar el contenido de ese libro como la palabra directa de dios a los hombres, es el libro sagrado de obligado cumplimiento y donde según ellos se encuentran todas las respuestas y se dan solución a todos los problemas de la humanidad. Lo que ocurre es que yo veo una barrera moral que mi escala de valores me impide traspasar y aceptar ese libro como “ejemplar”.
Uno de los mayores problemas que tienen los creyentes cristianos, es que no se han leído la biblia. O bien solo conocen las historias principales que se repiten año tras año, o han hecho algún estudio bíblico que ha sido convenientemente guiado para que no entiendan más de lo oportuno y para asegurarse que cualquier duda moral será diluida de manera pertinente. Pero ponerse a leer la biblia sin un guía espiritual que encauce su lectura, pudiendo sacar valoraciones propias no conozco aún ningún cristiano que lo haya hecho. Por que si lo hiciese vería que en la biblia encontramos como mínimo 4.339 versículos, (de un total de 31.222 que la componen en su totalidad lo que nos da la friolera de un 13,9%) que asumiendo leyes divinas y/o a resultas de órdenes o sucesos inspirados por el mismo dios, son totalmente rechazables desde cualquier óptica ética o moral. Un volumen de texto tan amplio, equivalente a más de la mitad del nuevo testamento y no es más que un catálogo donde el dios cristiano glorifica y premia el engaño, la estafa, el robo, la esclavitud, la traición, la venganza, la violencia, el asesinato, el genocidio, la xenofobia, la denigración de la mujer, la violación, la prostitución, el incesto…
¿Alguien se imagina cuantas muertes violentas se relatan en la biblia?, cada vez que se lo digo a algún creyente piensa que le estoy mintiendo, aunque a más de uno le he dado la relación completa para que la compruebe en su biblia y vea que es verdad. Si contabilizamos solamente las muertes que vienen claras y enumeradas, nos salen más de 2.700.000. Aquí estarían las muertes registradas en la propia biblia de forma numérica, por ejemplo Caín mata a Abel (+1), Jesús muere en la cruz junto a dos bandidos (+3), unos niños se burlan del profeta Eliseo y dios hace que unos osos despedacen a 42 de ellos (+42), el mismo dios que ordena a David hacer un censo después se ofende por ello y manda que sean muertos 25.000 de los israelitas (+25.000), cualesquiera de las matanzas y exterminios que dios ordena o prepara para acabar con los impíos pueblos de los alrededores, cananeos, amobitas, filisteos… o cualquiera de esos seres inferiores indignos de seguir con vida por adorar dioses falsos, pues habrá que sumar la cantidad que la propia biblia nos ofrece, la cifra más alta es la de un millón de etíopes que con su rey a la cabeza murieron a manos del glorioso pueblo de dios.
Pero no queda hay la cuenta, estas son solo las muertes de las que hay constancia numérica y hay que añadirle todas las demás en las que solamente podemos sumar datos aproximados al no dar la biblia el número de muertes acaecidas. Aquí tendremos que calcular “a ojo de buen cubero” cuantas muertes se produjeron en actos de exterminio ordenados por el mismo dios, como por ejemplo Jericó donde la orden del mismísimo dios es que se mate a todo hombre, mujer, niños, ancianos, animales, bestias de carga…. Hay que sumar también los exterminios realizados por el propio dios, como por ejemplo Sodoma y Gomorra que borró de la faz de la tierra por que el inútil de Lot no fue capaz de hallar 10 justos (hay que ser inútil para no encontrar 10 ancianos, 10 mujeres, 10 esclavos, 10 niños menores de cinco años…..) Y como colofón, podemos terminar sumando los muertos del mayor acto criminal que ninguna mente humana ha imaginado jamás: la aniquilación y exterminio de todos los seres vivos que habitaban el planeta, excepto una pareja de cada animal y la familia de Noé. ¿Se imaginan el número de muertos totales que resultan de tanta suma? Calculando por lo bajo la biblia nos relata entre 60 y 80 millones de muertes violentas, no conozco de ningún libro en toda la historia que contenga más litros de sangre derramada en sus páginas.
Pero lo que más increíble me parece es la asombrosa capacidad que hay que tener al ser cristiano para justificar el asesinato de niños/as inocentes. Pongamos como ejemplo el diluvio: calculando de forma modesta no podrá resultar exagerado que en la tierra habitasen unos 45-50 millones de personas, lo que nos daría la friolera de entre 3 y 5 millones de niños/as menores de 12 años. Pero aún podemos darle una vuelta de tuerca y calcular como muy probable que entre 300 y 500.000 de esos niños/as serían menores de tres años. O sea, que dios ASESINA de manera cruel, perversa e inaceptable a medio millón de niños/as semi-bebes, que ni siquiera podían sostenerse en pie o articular palabra alguna.



EL PRESENTE:
Hay un axioma griego que lo desarrolla mucho mejor de lo que yo haré en esta perorata, pero me he permitido resumirlo en dos conceptos: el mal esta presente en el mundo y eso es algo comprobable con solo abrir los ojos y echar un vistazo a nuestro alrededor. Me centrare únicamente en el mal que afecta a los niños/as.
Podría cuantificar los millones de niños/as que son explotados en trabajos infrahumanos y en condiciones de semi-esclavitud, podría hablar de enfermedades que sólo afectan a niños/as, podría calcular los millones de niños/as a los que se les arrebata su infancia en prostíbulos y redes diversas de prostitución… podría quedarme sin hojas suficientes para escribir los padecimientos de la infancia en este mundo.
Pero me centraré solamente en una situación: Si has leído hasta aquí de un tirón, es probable que lleves unos cinco minutos de lectura… pues en ese intervalo de tiempo unos 90 niños/as habrán muerto de hambre en el mundo. Diariamente a 25.000 niños/as se les apaga la luz de la vida en la mayoría de las ocasiones antes de poder cumplir los tres años y tras los horribles sufrimientos que una muerte así conlleva.
¿Y qué hace el dios que como cristiano tendría que adorar? NADA, absolutamente nada. Y solamente puede haber dos causas para ello, o bien no puede acabar con el sufrimiento de los niños/as del planeta, con lo cual no se le debe considerar ninguna clase de dios al no tener poder, o por el contrario no quiere acabar con ese sufrimiento, por lo que aún siendo dios, sería un ente cruel, sanguinario, sádico, inmisericorde y por descontado indigno de cualquier adoración o culto.
Y de nuevo me llama la atención la capacidad de justificación y disculpa que los cristianos son capaces de ofrecer a su dios, su moralidad y su ética están carcomidas de tal forma que son capaces de disimular estos hechos (y los comentados en el punto del pasado) con justificaciones del estilo “murieron por los pecados de sus padres…”, “dios los lleva a un sitio mejor…”, “las razones de dios son misteriosas…”, “el hombre no es quien para juzgar las acciones de dios…”, “el libre albedrío que dios nos da…”, “el mal es la ausencia de dios…”, etc.
Si por un simple momento, quitamos el componente religioso y le preguntamos a cualquier persona, sea o no cristiana, si encuentra alguna justificación para el asesinato, la tortura o sufrimiento de niños/as la respuesta sería un NO rotundo. Cualquiera con medio dedo de frente estará de acuerdo con la afirmación de que sólo un perturbado mental o alguien con una severa deficiencia psíquica pueden disfrutar con el sufrimiento o la muerte de un niño/a. Ahora bien, cuando el causante del sufrimiento y el asesino de esos niños es su dios, encuentran cualquier justificación que les permita adormecer su propia conciencia.



EL FUTURO
Todas las religiones tienen un as en la manga. El origen de la religión está ligado intrínsicamente al origen del propio hombre, una de las características que nos son propias al humano y que nos diferencia del resto de los animales, es el hecho de que somos conscientes de nuestra propia existencia. Y claro, esa consciencia nos lleva sin remedio al miedo primitivo del desconocimiento de lo que le sucede al hombre tras su muerte. De ese miedo nace la religión, los más antiguos hallazgos prehistóricos son precisamente los fósiles derivados de enterramientos y los monumentos funerarios, desde que el hombre toma consciencia de su existencia, intenta preparar de manera correcta el paso de los que mueren a “la otra vida”. Desde su nacimiento la religión le ofrece al hombre algo que este no puede rechazar: la inmortalidad, otra vida tras esta. Y claro no solo es un caramelo muy apetecible, si no que además es seguro en su venta, pues es imposible que algún cliente descontento vuelva de la otra vida a reclamar.
El cristianismo se decantó desde el principio por ofrecernos el cielo y el infierno. Y de nuevo en esta aceptación dogmática, tanto mi moral como mi ética se revuelven en su contra y me impiden que de alguna manera pudiese optar por ser seguidor de la religión cristiana. De hecho, creo que la misma concepción y conceptualización de estos lugares, es una de las mayores aberraciones morales que el ser humano puede llegar a imaginar.
Podríamos entrar incluso a valorar conceptos teológicos y materiales que su propia existencia implica y que lo hacen imposible, o cuanto menos hacen inverosímiles unos cuantos “poderes” que se le otorgan a dios. Por poner un solo ejemplo la existencia del infierno hace que sean incompatibles la misericordia y la justicia; la misericordia es el quebranto de la justicia pues lo que realiza es o bien un perdón, o bien una rebaja en la pena que sería justa; y la justicia ha de ser inmisericorde, pues solo la aplicación de la justa medida tanto en premio como en castigo es lo que garantiza la justicia. Por eso dios es imposible que sea infinitamente justo y al mismo tiempo infinitamente misericordioso, es una contradicción insalvable.
Pero no es este el concepto que quisiera resaltar. Lo que tendría que aceptar como cristiano es que un tipo como yo, que no ha hecho daños graves a nadie, estoy irremediablemente condenado al infierno por cuestiones como mi renuncia al reconocimiento de dios o el disfrute y goce que me produce el practicar sexo. Sin embargo un cura que haya violado a 200 niños, bastará con que se arrepienta en algún momento de su vida y se ponga a bien con dios, y ya tendrá un lugar reservado en el cielo. ¿Cómo se puede justificar eso como moral?
Pero es que la misma base descriptiva del infierno es totalmente contraria a los más mínimos conceptos de justicia. Nadie, absolutamente nadie, aunque hubiera cometido los hechos mas infames que podamos imaginar, puede ser condenado en justicia a una pena eterna. Las personas tenemos un limite de tiempo de edad, por lo que nuestros malos actos, sean los que sean, también tienen ese limite de temporalidad. NUNCA un castigo puede superar el acto que penaliza, puesto que entonces deja de ser justo, como el mal que pudiese cometer una persona habrá tenido un limite temporal, el castigo también debe tenerlo para poder ser considerado ético o aceptable moralmente.
Y aún hay más, resulta que como cristiano me vería obligado a considerar algo ético la que según la mayoría de grupos cristianos será una de las mayores recompensas que nos proporcionara dios; se trata de que los cristianos podrán asistir al espectáculo de los sufrimientos, torturas y padecimientos varios que las almas del infierno padecerán durante toda la eternidad. Eso es lo que los cristianos deben de anhelar para su vida futura tras el juicio final, la moralidad de presenciar de manera permanente un espectáculo de sadismo diario.




Así que, mi conclusión es bastante clara:
NUNCA podré ser cristiano, por que mi moral me impide buscar justificaciones al asesinato de niños/as totalmente inocentes, sea quien sea el que los realice no encuentro la más mínima forma de que mi conciencia encuentre justo un asesinato de esa naturaleza. NUNCA JAMÁS adoraré a un dios que demuestra ser un sádico.
NUNCA podré ser cristiano, por que mi ética me impide cerrar los ojos ante el sufrimiento y la muerte de millones de niños/as totalmente inocentes y ante la inoperancia más absoluta del dios que los cristianos adoran, me viera obligado a seguir buscando excusas y justificaciones que calmen mi conciencia de manera hipócrita. NUNCA JAMÁS adoraré a un dios que demuestre tal crueldad.
NUNCA podré ser cristiano, por que en mi escala de valores la justicia es un concepto lo suficientemente noble como para negarme a prostituirlo con castigos eternos para quien simplemente opine de manera diferente a mí, mientras que se les pone alfombra roja para entrar a disfrutar de recompensas eternas a miles de seres indignos que simplemente supieron doblar la cerviz a su debido tiempo. Y sobre todo NUNCA JAMAS adoraré a un dios que me premie y de paso me obligue, a la contemplación del sufrimiento de mis congéneres humanos. YO NO SOY UN SÁDICO.
Y termino con unas palabras que intentan ser ya una respuesta a posibles cristianos que me vengan con contestaciones basadas en versiculillos bíblicos o con frases tan retóricas como vacías:

Yo no trato de razonar con aquellos que están ya ciegos por la fe, esas son personas que cual frontón rechazan todas las pruebas que les pongas delante y encima lo hacen con más irracionalidades como relatar citas bíblicas cual loritos bien amaestrados, escondiendo su conciencia bajo tierra con frases como “no somos quienes para juzgar a dios…”, o reconociendo su derrota dialéctica y rebajándose a su última carta disponible que es siempre la de amenazarte con el castigo eterno del averno donde los que no pensamos como ellos que están en posesión absoluta de la verdad, arderemos y padeceremos los más cruentos correctivos por toda la eternidad, mientras ellos como almas puras que sí han llegado al conocimiento disfrutarán de la contemplación de nuestro escarmiento.
Mi intención al realizar un ensayo es la de aportar mi pequeño granito de arena al conocimiento general, esperando y deseando que cualesquiera de las personas que aún andan a la búsqueda de respuestas, encuentren en aquello que escribo y que es siempre totalmente verificable y comprobable, una ayuda que les permita tomar el camino del razonamiento. No escribo para ovejas ni rebaños que deseen ser conducidos y que encuentran todas las respuestas en un libro escrito por una tribu de pastores nómadas semianalfabetos que copiaron todas sus leyendas de las civilizaciones que los rodeaban, escribo para personas pensantes, personas que hagan uso del maravilloso regalo de el RACIOCINIO, que no es otra cosa que: “USAR LA RAZÓN PARA CONOCER Y JUZGAR".
Mi lucha no es contra la religiosidad, misticismo o creencias de las personas, mi batalla es en contra de los dogmatismos obsoletos y cegadores que las religiones imponen a sus acólitos. Y lo hago porque tengo bien presente la historia del hombre y conozco de sobra las causas que la sin razón y el oscurantismo nos supusieron durante siglos y siglos de adoctrinamientos dogmáticos. Ahora que las religiones ya no dominan moral y políticamente en occidente nos piden respeto y se ponen piel de cordero haciéndose las víctimas, cuando no quedan tan lejanos los tiempos en los que se sentían con fuerzas y poder suficiente para imponer sus creencias a fuego y muerte, igual que vemos como ocurre aún en los países islámicos hoy en día.
Mi lucha es contra la sin razón de intentar que el hombre no use su inteligencia en su provecho y que todos los adelantos científicos que ponen en chanza y prueban las estulticias que nos ofrecen las religiones, sean considerados como ofensas o blasfemias. Estoy en contra de la homofobia, la misoginia, la pederastia, la imposición, el oscurantismo… etc. Y estoy a favor de que la ciencia prospere con tratamientos generados con experimentación con células madre, de que se combatan enfermedades con el uso de preservativos, de que dos personas que se quieran puedan disfrutar de su amor sin ser discriminadas, de que no se laven los cerebros de nuestros niños con ideas que tuvieron unos semi-analfabetos nómadas hace mas de 4.000 años, etc., etc., etc.
Y, si tuviese que elegir un mensaje que tuviese algún valor de enaltecimiento humano, elegiría sin ninguna duda el budismo, confucianismo, taoísmo o cualquier otra doctrina filosófica que no sea teísta y no me obligue a humillar mi condición humana a ningún hipotético dios. Y por descontado el mensaje menos propicio para el ser humano es precisamente el que expone el cristianismo, que desprecia las creencias de las 2/3 partes de la humanidad y encima si no lo aceptas de manera servil te amenaza con la condena al infierno para toda la eternidad.
MI ÉTICA, MI MORAL Y MI ESCALA DE VALORES ME IMPIDEN SER TAN SÁDICO.


sábado, 26 de mayo de 2012

CARTELES MOTIVATIVOS

Con el fin de semana, me llega la inspiración (bueno también la holgura de tiempo) y hemos hecho unos pocos cartelitos que espero sean del agrado de alguién.