domingo, 1 de abril de 2012

ETICA Y MORAL




                Uno de los argumentos más falaces y miserables que utiliza la religión para intentar denostar e invalidar las posturas no religiosas, es el utilizar la ética y la moral como refugio de su ideario y presentarse como salvaguardas de una serie de valores, los cuales sin su control y dogmatismo harían a los humanos poco menos que fieras anárquicas sin control ni mesura en sus más bajos instintos.
                Esa argumentación, es sibilinamente utilizada para intentar retratar al no creyente como una criatura diabólica, ajena y contraria a cualquier tipo de ética o norma moral, es el intento ruin de presentar a los que no somos religiosos como una especie de diablillos que vendemos nuestra alma al diablo y que intentamos desprestigiar la fe como camino a la destrucción de las creencias de los “buenos” y “ejemplares” creyentes y seguidores de una serie de dogmatismos que imponen una ética y una moral al mejor estilo dictatorial del pensamiento único.
                Por eso, porque en el mismo momento en el que un creyente intenta utilizar la ética y la moral como argumentación que valide sus valores, autocomplaciéndose en la instalación de sus manifestaciones uno o varios peldaños más arriba que los que pudiese tener un no creyente, es por lo que considero que sobrepasan la línea de la cortesía. El simple hecho de proclamarse salvaguardadores de algún tipo de valores éticos y morales, despreciando la posibilidad de que un ser humano pueda ser altamente moral y con sólidos y profundos valores de ética sin necesidad de subyugarse a ningún tipo de deidad, hace que caigan en una prepotencia intelectual que me molesta profundamente, puesto que desde esa presuntuosa superioridad moral no hacen otra cosa que prostituir cualquier escala de valores, asignándose para si mismos la mayor capacidad intelectual de comprensión ética y dejando al resto de la humanidad en escalones inferiores de los preceptos morales.
                Como castigo a esa altivez con la que intentan fustigar de manera prepotente a los que no comulgan con su moral, (cuando lo primero que deberían aprender es la distinción que existe entre moral y moralina), y como ya me he leído y he visto en demasiadas ocasiones esa puñalada trapera que intenta hacer parecer al incrédulo como un ser inferior, creo que la respuesta ha de realizarse de manera contundente, primero con argumentaciones que no dejen lugar a la duda de donde esta la propiedad, la posesión de los valores humanos y en segundo lugar con la contundencia necesaria , la demostración de su propio cinismo y su conveniente falta de ética y moral y de la deformación que aplican a sus valores para provecho propio.

Empecemos por definir la ética y la moral:

Moral: Son las reglas o normas por las que se rige la conducta de un ser humano en concordancia con la sociedad y consigo mismo. La palabra «moral» tiene su origen en el término latino mores, cuyo significado es ‘costumbre’. Moralis (< latín mos = griego ‘costumbre’). Por lo tanto «moral» no acarrea por sí el concepto de malo o de bueno. Son, entonces, las costumbres las que son virtuosas o perniciosas. De hecho, en la mayor parte de los diccionarios y enciclopedias que he consultado una de sus definiciones más concordante es: “Ciencia que trata del bien en general, y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia.”
Ética: Ciencia que estudia las acciones humanas en cuanto se relacionan con los fines que determinan su rectitud. En general toda ética pretende determinar una conducta ideal del hombre. Esta puede establecerse en virtud de una visión del mundo o de unos principios filosóficos o religiosos, que llevan a determinar un sistema de normas. Se divide en ética general, que estudia los principios de la moralidad, y la ética especial o deontología, que trata de los deberes que se imponen al hombre según los distintos aspectos o campos en que se desarrolla su vida.

Establecida la definición de la terminología que cualquiera puede encontrar en un diccionario o en “san google bendito”, pasemos a ver cual ha sido el camino que la ética y la moral han recorrido a través de la historia. Por simple deducción y utilizando la simple lógica podemos pensar sin temor a equivocarnos que en la prehistoria, desde el mismo momento en el que los seres humanos primitivos decidieron concentrarse en grupos, bien familiares o tribales, no tuvieron más remedio que imponerse toda una serie de preceptos y normas de convivencia que serían los ancestros más lejanos en el tiempo de lo que después convertiríamos en valores morales y de relación entre los individuos de un mismo grupo social y de intercambio con otros grupos de seres. De cualquiera de las maneras, las etapas prehistóricas son campo de los antropólogos y arqueólogos, que bastante trabajo tienen ya con buscar especimenes y catalogarlos correctamente como para que intentemos liarlos con consideraciones ético-morales que por falta de datos empíricos nunca podríamos establecer más allá de unos parámetros de tipo cultural.
Históricamente,  la moral comenzó a ser enseñada en forma de preceptos prácticos, tales como las Máximas de los siete sabios de Grecia, los Versos dorados de los poetas de Grecia; o bien en forma de apólogos y alegorías hasta que revistió carácter científico en las escuelas de Grecia y Roma. Podríamos remontarnos al primer documento que existe donde se da una valoración de las conductas y una serie de normas de convivencia entre los miembros de una comunidad. Se trata del Código de Hammurabi, que es el primer escrito (tallado en un bloque de basalto de unos 2,50 m de altura por 1,90 m de base y en lengua acadia) que se establece como el primer ejemplo del concepto jurídico de que algunas leyes son tan fundamentales que ni un rey tiene la capacidad de cambiarlas. Las leyes, escritas en piedra, eran inmutables. Ya aquí podemos ver una clara diferenciación de ética y moral religiosa y de normas y valores civiles, puesto que el rey Hammurabi al establecer este código de conducta y darle categoría de ley, les quita a los sacerdotes la facultad de administrar la justicia que hasta ese momento poseían y ejercían de forma arbitraria. Es muy interesante su lectura, sobre todo para darse cuenta de donde copiaron los antiguos hebreos los tan cacareados diez mandamientos y su famosa ley del Talión. También resulta muy curioso, y dice mucho de los preceptos ético-morales de las religiones monoteístas (basadas todas ellas en el antiguo testamento) como fueron capaces de reproducir todo lo despótico y autoritario que contiene el código, pero ignoraron los derechos de la mujer, los derechos en el matrimonio, los derechos de los menores, los derechos de los esclavos….
Pero vivimos en una cultura occidental, y nuestros dos pilares en los que se sostiene nuestro conocimiento y del que se derivan nuestros valores culturales y morales son: la Filosofía Griega y el Derecho Romano. 


La filosofía nace precisamente como contraposición a la religión, el Olimpo de dioses griegos no es el espejo más adecuado en el que el ser humano puede encontrar valores de convivencia ni modelos de conducta en los que verse reflejado ni que les sirvan de guía, empiezan a nacer toda una variedad de propuestas distintas sobre cómo entender el mundo y el lugar del hombre en él. A causa de los avances culturales y el intenso contacto con las culturas vecinas, las ciudades del mundo griego comenzaron a criticar a la tradicional concepción mitológica del mundo, y buscaron una concepción alternativa, natural y unificada. El hombre pasó a ser el centro de las reflexiones filosóficas. O como dijo Protágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son, y de las que no son en tanto que no son”. Así es como el hombre empieza a buscar respuestas más allá de concepciones místicas y religiosas:  Tales propuso que la materia fundamental de la cual todo se origina y todo está compuesto es el agua; Anaximandro asignó ese rol a lo indeterminado, y Anaxímenes al aire. Pitágoras y la escuela pitagórica, para quienes los números eran el principio determinante y estructura de toda la realidad, adelantándose de esta manera a un importante principio de la ciencia moderna. Heráclito, quien propone una visión dialéctica de la realidad y postuló como estructura de la realidad la razón (el logos). Anaxágoras de Clazomenas, postulará que es imposible que surja algo de donde no lo hay, sosteniendo que todo está en todo desde el principio. Demócrito con su atomismo expresó que todo está compuesto de unas partículas indivisibles e infinitamente pequeñas llamadas átomos de cuya agrupacion, a partir de átomos de diferentes formas y tamaño surge toda la realidad conocida, sin intervención de ninguna fuerza exterior y de manera mecánica….. Y llegamos al gran Sócrates que conversaba con otras personas y los llevaba por medio de una serie de preguntas a revelar las contradicciones inherentes a sus posturas (método mayéutico). Sus manifestaciones de independencia intelectual y su conducta no acomodada a las circunstancias, le valieron una sentencia de muerte por impiedad a los dioses y corrupción de la juventud. Su discípulo Platón fue el que nos lego el conocimiento filosófico socrático. Sus obras en forma de diálogos constituyeron un punto central de la filosofía occidental. A partir de la pregunta socrática de la forma «¿Qué es X?» (¿Qué es la virtud? ¿Qué es la justicia? ¿Qué es el bien?), Platón creó los rudimentos de una doctrina de la definición.


El otro pilar en el que se apoya la civilización occidental es el Derecho Romano, que nace también como contraposición a las conductas religiosas. El significado de la misma expresión identifica el Derecho Romano con los libros en donde se contenía dicho orden jurídico, es decir, el Corpus Iuris Civiles o Cuerpo de Derecho Civil, la expresión ius es la que se utiliza para señalar al derecho. Esta expresión se opone a la de fas, que designa a la voluntad divina. Esta clara delimitación entre derecho y religión es patente en testimonios que datan desde el s.IV a. C. El nacimiento del Derecho romano se debe entre otras causas a la división existente en la sociedad romana entre patricios y plebeyos, las tradiciones legales romanas estaban en manos de los patricios y todos los asuntos relacionados con lo que nosotros conocemos como derecho recaían sobre el Pontifex Maximus, evidentemente patricio, conociéndose como derecho pontifical. Los plebeyos desconocían como iban a ser juzgados exactamente y normalmente los patricios aplicaban la tradición pontifical según convenía a sus intereses. Es precisamente una revuelta de los plebeyos que encabezados por un tribuno de la plebe llamado Terentilo Arsa en el 462 a. C, fuerza al senado a enviar una comisión de diez magistrados a Atenas para conocer la legislación del gobernante griego Solón, inspirada por el principio de igualdad ante la ley. A la vuelta de esta comisión se realizó la elaboración del primer texto de Derecho, compilado en la llamada Ley de las XII Tablas, o ley de igualdad romana. La ley se publicó al principio en doce tablas de madera y, posteriormente, en doce planchas de bronce que se expusieron en el foro, así al estar las Leyes expuestas públicamente estaban libres de malas interpretaciones de sus custodios. Pues parece que anteriormente los pocos que conocían las Leyes las interpretaban manipulándolas a su favor. Estas Leyes para todos (los ciudadanos) fueron las bases del Imperio Romano pues todos estaban bajo las mismas en cualquier rincón del Imperio.

Y llego el cristianismo con su monoteísmo….. Siempre he dicho que es la mayor desgracia y desastre que haya podido sucederle al ser humano. Hasta ese momento las civilizaciones y diferentes culturas que servían de faro a diferentes pueblos y gentes eran totalmente abiertas en sus concepciones religiosas. Eran politeístas, por lo que en su propia definición cultural y religiosa estaba la aceptación de otros dioses diferentes a los suyos. Por ejemplo, ¿Qué podía importarle a un babilónico, que tenía una lista de más de 3.000 dioses propios, el que un pueblo siguiera una creencia o a un dios determinado? La historia nos muestra claramente como la libertad de culto y de creencias religiosas eran respetadas por los pueblos dominantes en todas las épocas. Así, Alejandro Magno conquistó casi todo el mundo conocido y si bien intento imponer la cultura griega a todos los rincones de su imperio, en cuestiones religiosas  se mostró totalmente abierto, en Egipto fue coronado faraón, en Persia, Mesopotamia, Fenicia y por todo el Asia central su forma de congratularse con los ciudadanos era la de ofrecer ofrendas a los dioses locales y reconstruir sus templos. La misma forma de proceder heredó la imperial Roma, claros ejemplos tenemos de su libertad religiosa en los territorios conquistados, la misma biblia nos los ofrece al relatarnos como el pueblo de Israel tenía su templo totalmente abierto y como existían con sus poderes religiosos los diferentes estamentos como el sanedrín o el sumo sacerdote.
Pero el monoteísmo es dictatorial, es la creencia en un solo dios, en una sola verdad, en un solo camino, es la perversión absoluta de la libertad de conciencia y la condena al ostracismo de cualquier idea que contravenga la línea impuesta desde el dogmatismo oficial. De echo las primeras actuaciones del cristianismo una vez instalado en el poder no son la evangelización de su mensaje, de lo primero que se ocupa es de aniquilar la competencia destruyendo templos que denomina paganos, asesinando filósofos que instruyesen conceptos de libertad, destruir por ejemplo la biblioteca de Alejandría porque el conocimiento y la cultura son enemigos que impiden llegar a dios, etc. Hecha esta limpieza fue la hora de clasificar como heréticos cualquiera de los escritos religiosos que contradijesen la línea dogmática oficial y cuando eso no fue suficiente para controlar todo el rebaño, declarar herejía toda doctrina que les pudiese quitar clientela. El resultado es la destrucción de todo el saber y el conocimiento acumulado por la humanidad durante siglos y el aniquilamiento de miles de seguidores de herejías como el arrianismo, gnosticismo, simonia, marcionismo, priscilianismo, etc.
Hubo que esperar hasta finales del siglo XV para empezar a salir de las tinieblas y comenzar una nueva visión del mundo y del hombre con el Renacimiento que pone fin a la concepción medieval de la naturaleza en términos de fines y ordenamiento divino. Solo así  Nicolás Copérnico, Giordano Bruno, Johannes Kepler, Leonardo da Vinci, Galileo Galilei, Nicolás Maquiavelo ó Erasmo de Rótterdam pudieron empezar a poner faros que alumbrasen al hombre y lo recondujesen al camino del conocimiento y del progreso. Mas tarde sobre esta base vio la luz la Ilustración con sus dos vertientes: El racionalismo, la escuela que enfatiza el papel de la razón en la adquisición del conocimiento y que tuvo sus principales proponentes en René Descartes, Baruch Spinoza y Gottfried Leibniz. Por el otro lado, la escuela empirista, que sostiene que la única fuente del conocimiento es la experiencia, encontró defensores en Francis Bacon, John Locke, David Hume y George Berkeley. Nunca se podrá calcular el impacto degenerativo producido por más de diez siglos de oscurantismo y esclavitud de las mentes, nunca sabremos cual sería ahora el nivel científico, cultural y de progreso que atesoraríamos si las escuelas filosóficas (recordemos que en ellas se estudiaba matemáticas, medicina, lógica, astronomía…) y la extraordinaria cultura helenística y romana no hubieses sido borradas, que habría sucedido en la historia de la humanidad sin que la imposición de la ignorancia hiciese tener que abandonar la investigación científica de la naturaleza y la búsqueda de la felicidad en el mundo, por la  preocupación del absurdo e inocuo problema de la salvación en otro mundo y en otra vida.


Creo que ha quedado más que claro y demostrado, como los principios éticos y morales que son inherentes al ser humano desde que este decide vivir en comunidad con otros individuos de su especie, NO proviene de ningún concepto religioso, NO nace de ninguna clase de revelación divina, NO emana de principios ofrecidos por seres celestiales al hombre. Por supuesto que todas las religiones, en tanto que tienen que administrar una serie de dogmáticas y pragmatismos que les son propios, deben establecer unas directrices ético-morales que mantengan unidos a sus creyentes, pero la religión NO ES la inventora o facultadora de la ética ni de la moral, ha sido el propio hombre con su búsqueda del conocimiento, y la interrelación entre los seres humanos el creador de sus propias normas de convivencia y de la escala de valores que le puede llevar al camino de la felicidad.
Cuando una persona religiosa en su intento de defensa hace mención a que sin un dios, sin una religión no existiría una ética o una moral, lo máximo que puede demostrar es que no existiría SU forma de entender la ética y la moral. Una cosa es que la religión haya secuestrado los principios de regulación de normas de convivencia y se autoproclame salvaguardadora de escalas de valores, y otra cosa es que eso sea verdad. La moral es totalmente subjetiva, depende de conceptos meramente culturales, geográficos y temporales, lo que para nosotros que vivimos en una cultura cristiana puede resultar inmoral, para un musulmán puede ser incluso una virtud, lo que para un hindú merece desaprobación ética para nosotros puede formar parte de la cotidianidad. Y además de subjetiva es cambiante en base al propio avance de la condición humana; por ejemplo en nuestra sociedad cuestiones como el que un matrimonio opte por divorciarse, o que una pareja decida vivir juntos sin necesidad de casarse, ya no son vistos, al menos para la inmensa mayoría de las personas como inmoralidades, pero nos bastaría retroceder unas pocas décadas para que fuesen consideradas perversiones éticas, de echo en zonas rurales donde la iglesia sigue controlando la vida de la gente aún hoy día un/una divorciado/a es señalado y repudiado.
Siempre que la religión esgrime la moralidad como arma contra el ateismo, he tenido que escuchar como uno de sus ejemplos argumentativos el nefasto ejemplo de lo que pude llegar hacer un ateo, siempre sacarán a relucir a Hitler y a Stalin y sus horrendos crímenes. Vale, pero con eso no nos dicen absolutamente nada. Esas dos alimañas que hubiera sido mejor que no nacieran, eran dos seres repugnantes y malvados que a mi entender eran merecedores de que si existiese un dios en alguna parte, este hubiese acabado con su vida mucho antes de lo que sucedió. Si existiese dios hubiera sido muy conveniente que a Hitler lo defenestrase al filo del año 38, después de la noche de los cristales rotos y en cuanto a Stalin, dios podría haberlo desnucado allá por el 29 cuando se dedicaba a eliminar a sus opositores en el régimen comunista, la verdad es que si dios existiese perdió una muy buena oportunidad de hacerle un favor a la humanidad. Pero insinuar o asegurar que lo que hicieron lo realizaron por su condición de ateos, es tanto como decir que fue porque tenían bigote o porque eran heterosexuales. Esos dos bestias, que son claros ejemplos de la depravación humana y una vergüenza para la especie, eran unos seres malvados que obraron de la forma que lo hicieron por su propia condición de perversos y seguramente si hubiesen sido creyentes (por cierto Hitler lo era), hubieran obrado con la misma maldad si las circunstancias o las posibilidades se lo hubieran permitido. De igual manera a como en la historia de la propia iglesia hay multitud de ejemplos de personas malvadas y abominables que se pasaron la vida haciendo el mal, como por ejemplo Torquemada.


Por cosas como esta es por lo que, constatando la mala fe y la inquina con la que se hacen argumentaciones así, es por lo que uno llega a cansarse de tanta hipocresía y opta por poner las cosas en su sitio. Empezaré por declarar que yo personalmente no acepto ninguna imposición de ningún tipo de conducta moral o de cuestionamiento ético si este no viene precedido de algún tipo de razonamiento lógico que me convezca de su idoneidad. Solamente los valores que permitan a la humanidad progresar en el camino de la felicidad global pueden ser tenidos como correctos y estimables, como no tengo noticias de que alguna religión sea paradigma de ello, por descontado que no acepto ninguna premisa que provenga de ellas, pero es que del cristianismo de la que menos.
Del cristianismo en general:
¿Vamos a aceptar valoraciones morales de una masa de religiones que para que naciese su “salvador” tuvieron que morir todos los niños menores de tres años de Judea? Quiéranlo o no, todo el cristianismo tiene el mismo pasado, ¿pueden hablar de moralidad los mismos que tienen sobre su historia las cruzadas, la quema de herejes, la conversión de indígenas a fuego y espada, la caza de brujas, etc.? ¿Pueden tener la desfachatez, de intentar imponer su ética quienes están orgullosos de disfrutar como libro de cabecera de algo tan abominable como la biblia?
                Hagamos un receso en estas cuestiones para hablar de este libro. Por que uno de los mayores problemas que tienen los creyentes cristianos, es que no se han leído la biblia. O bien solo conocen las historias principales que se repiten año tras año, o han hecho algún estudio bíblico que ha sido convenientemente guiado para que no entiendan más de lo oportuno y para asegurarse que cualquier duda moral será diluida de manera pertinente. Pero ponerse a leer la biblia sin un guía espiritual que encauce su lectura, pudiendo sacar valoraciones propias no conozco aún ningún cristiano que lo haya hecho. Por que si lo hiciese vería que en la biblia encontramos como mínimo 4.339 versículos, (de un total de 31.222 que la componen en su totalidad lo que nos da la friolera de un 13,9%) que asumiendo leyes divinas y/o a resultas de órdenes o sucesos inspirados por el mismo dios, son totalmente rechazables desde cualquier óptica ética o moral. Un volumen de texto tan amplio, equivalente a más de la mitad del nuevo testamento y no es más que un catálogo donde el dios cristiano glorifica y premia el engaño, la estafa, el robo, la esclavitud, la traición, la venganza, la violencia, el asesinato, el genocidio, la xenofobia, la denigración de la mujer, la violación, la prostitución, el incesto………
¿Alguien se imagina cuantas muertes violentas se relatan en la biblia?, cada vez que se lo digo a algún creyente piensa que le estoy mintiendo, aunque a más de uno le he dado la relación completa para que la compruebe en su biblia y vea que es verdad. Si contabilizamos solamente las muertes que vienen claras y enumeradas, nos salen más de 2.700.000. Aquí estarían las muertes registradas en la propia biblia de forma numérica, por ejemplo Caín mata a Abel (+1), Jesús muere en la cruz junto a dos bandidos (+3), unos niños se burlan del profeta Eliseo y dios hace que unos osos despedacen a 42 de ellos (+42), el mismo dios que ordena a David hacer un censo después se ofende por ello y manda que sean muertos 25.000 de los israelitas (+25.000), cualesquiera de las matanzas y exterminios que dios ordena o prepara para acabar con los impíos pueblos de los alrededores, cananeos, amobitas, filisteos….. o cualquiera de esos seres inferiores indignos de seguir con vida por adorar dioses falsos, pues habrá que sumar la cantidad que la propia biblia nos ofrece, la cifra más alta es la de un millón de etíopes que con su rey a la cabeza murieron a manos del glorioso pueblo de dios.
Pero no queda hay la cuenta, estas son solo las muertes de las que hay constancia numérica y hay que añadirle todas las demás en las que solamente podemos sumar datos aproximados al no dar la biblia el número de muertes acaecidas. Aquí tendremos que calcular “a ojo de buen cubero” cuantas muertes se produjeron en actos de exterminio ordenados por el mismo dios, como por ejemplo Jericó donde la orden del mismísimo dios es que se mate a todo hombre, mujer, niños, ancianos, animales, bestias de carga…. la orden directa proclamada por las alturas es de aniquilación completa y que no quede piedra sobre piedra, por cierto se podía destruir todo menos el oro, la plata y las piedras preciosas que debían ser entregadas a los sacerdotes. Y nos es la única ocasión en la que dios ordena a su pueblo proceder a un genocidio de esa clase, hay varios más en los que incluso el mismo dios da lecciones de la forma correcta de llevar a cabo tan bendecidos actos, por ejemplo indica a su pueblo que la mejor manera de matar a los niños es estampando sus cabezas contra una piedra, o que para asegurarse de que nadie quede con vida lo mejor es abrir en canal a las embarazadas y apuñalar al feto. Palabra del mismo dios. Hay que sumar también los exterminios realizados por el propio dios, como por ejemplo Sodoma y Gomorra que borró de la faz de la tierra por que el inútil de Lot no fue capaz de hallar 10 justos (hay que ser inútil para no encontrar 10 ancianos, 10 mujeres, 10 esclavos, 10 niños menores de cinco años…..) Y como colofón, podemos terminar sumando los muertos del mayor acto criminal que ninguna mente humana ha imaginado jamás, la aniquilación y exterminio de todos los seres vivos que habitaban el planeta, excepto una pareja de cada animal y la familia de Noé. ¿Se imaginan el número de muertos totales que resultan de tanta suma? Calculando por lo bajo la biblia nos relata entre 60 y 80 millones de muertes violentas, no conozco de ningún libro en toda la historia que contenga más litros de sangre derramada en sus páginas. Y siendo ese libro la guía ética de su religión, ¿se atreven los cristianos a poner en duda los valores morales de aquellos que no adoramos a ningún tipo de dios?


Y si no podemos aceptar imposiciones del cristianismo en su conjunto, que decir del catolicismo. ¿Puede tener algún ascendente moral sobre la sociedad, una iglesia dogmática y sectaria anclada en conceptualidades medievales y dirigida desde uno de los estados menos democrático del mundo, donde las mujeres siguen siendo consideradas seres inferiores? ¿Puede alzar la voz y esgrimirse como depositaria de la ética, una iglesia que simplemente desprendiéndose de la quinta parte de sus riquezas acabaría con la pobreza en el mundo, mientras sus curias y altos cargos viven una vida de boato permanente? ¿Pueden hablar de ética y moral los católicos que son capaces de asimilar como una de las mayores recompensas que tendrán en el cielo, la contemplación de sufrimientos inimaginables y eternos de millones de personas condenadas al infierno por no pensar como ellos?  Esta última pregunta es muy reveladora, el hecho de que haya personas que consideren justo, ético y moral el hecho de que alguien como yo, por el mero hecho de no creer en su dios merezco un castigo tan desproporcionado como el suplicio del infierno y una condena para toda la eternidad, dice mucho sobre cuales son sus fundamentos éticos y cuan virtuosa es su moral, con el añadido de que no solo son capaces de asimilar este hecho tan execrable, además consideran como una recompensa del mismo dios el que este les permitirá contemplar el sufrimiento de los condenados como espectáculo que elevará sin duda su santidad.

Estoy muy orgulloso de mis valores éticos y de mis conceptos morales, cuando hago el bien o realizo algún acto altruista lo efectúo desde la querencia íntima de compartir con otros un momento de felicidad, no lo hago esperando recompensas de cielos divinos. Y cuando mi moralidad me frena de hacer algún mal, lo hace desde convencimientos profundos no por miedo a castigos eternos en infiernos con olor a azufre. Parafraseando a Michel Onfray: “Entre todas esas teologías de abracadabra, prefiero recurrir a los pensamientos alternativos a la historiografía filosófica dominante: las personas con humor, los materialistas, radicales, cínicos, hedonistas, ateos, sensualistas y voluptuosos. Pues ellos saben que sólo existe un mundo y que toda promoción de los mundos subyacentes lleva a la pérdida del uso y beneficio del único que hay”. Así que voy a terminar con una frase de Steven Weinberg “La religión es un insulto para la dignidad humana. Con o sin ella, habría buena gente haciendo cosas buenas, y gente malvada haciendo cosas malas, pero para que la buena gente haga cosas malas hace falta religión.”

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