miércoles, 4 de abril de 2012

LO QUE QUIERE HACERNOS CREER EL CRISTIANISMO






               Con este ensayo voy a tratar de exponer una serie de cuestiones que yo denomino las creencias anexas del cristianismo. Todos sabemos cuales son las creencias mayormente pregonadas por los cristianos de cualquiera de sus más de 32.000 diferentes confesiones, principalmente es la aceptación de Jesús como hijo de dios, la creencia en su resurrección, la aprobación del nuevo testamento como texto inspirado por dios, la afirmación de una vida posterior a la terrenal según designios divinos, la salvación eterna por medio de la fe, el compromiso de vivir de acuerdo con unos preceptos religiosos según exijan cada una de las comunidades…. Etc, etc, etc.
                Todo esto es de sobra conocido, todos nacemos en un contexto cultural-religioso-social determinado, y a lo largo de nuestra vida quedamos impregnados en mayor o menos medida de esos conceptos que a través de los siglos se han ido implementando en la sociedad que nos toca vivir. Por eso, y teniendo en consideración que  afortunadamente vivimos en la sociedad occidental que mayoritariamente es cristiana, tanto los posibles lectores de este escrito, como yo mismo, conocemos y somos conscientes de todas las diferentes creencias que derivan de esa primitiva secta judía esenia que al principio de nuestra era, fundó el tan conocido Jesucristo. Lo que es, dice o hace el cristianismo, por tanto, nos incumbe en alguna medida a todos, ya que resulta imposible sustraerse a su influjo cultural tras casi dos milenios de predominio absoluto de su espíritu y sus dogmas en el proceso de conformación de mentes, costumbres, valores morales y hasta legislaciones.
                Pero en este estudio quiero ir un poco más allá, no deseo entrar (de momento y solo por este escrito, en posteriores me comprometo a analizarlo), en disquisiciones teológicas ni en conceptos demasiado elevados. Quiero entrar en aquellas creencias que se derivan de la propia creencia, sin hacer apología ni en contra ni a favor de las creencias principales. Y como la mejor manera de explicar lo que pretendo es poniendo ejemplos claros que vayan alumbrando el camino, empezaremos a entrar en materia.

                La primera vez que hable con un mormón quedé gratamente impresionado, me hallaba frente a un par de chicos jóvenes correctísimamente vestidos, que aún siendo estadounidenses hablaban mi idioma con gran fluidez, que tenían fuertes convicciones en su doctrina y una escala de valores muy sana y que además poseían grandes conocimientos de las escrituras. Pero claro, llego el momento en el que me presentaron su libro del mormón, y ahí apareció mi lado escéptico que todo lo pone en duda, porque lo que ellos pretendían era que creyera simplemente por que así lo creían y decían ellos, que a un acusado de estafas varias como era su fundador Joseph Smith se le aparecieron en diferentes ocasiones dios, Jesús, Juan, Pedro y Santiago y que todos estos santos le conminaron a instaurar y reestablecer la verdadera iglesia que Jesús había fundado al principio de nuestra era. ¿Pruebas?, ninguna, simplemente lo dicen ellos. Y por si fuera poco resulta que en una de sus últimas visiones, se le apareció el ángel Mormoni, que es al mismo tiempo hijo del profeta Mormón y le indicó donde estaban escondidas unas planchas de oro que contenían las profecías de su padre integrante de la tribu perdida de Israel que según ellos viajaron a América 600 años antes de nuestra era y son el origen de los pobladores amerindios que encontraron los europeos cuando llegaron al continente. Estas planchas de oro estaban escritas en un lenguaje incomprensible, así que el ángel le dio a Joseph Smith dos piedras con las que según parece pudo traducir su contenido y reflejarlo en el libro del mormón, que entre muchas otras inverosimilitudes afirma que el mismo Jesús una vez resucitado no ascendió directamente al cielo, si no que antes se dio una vuelta por tierras estadounidenses a predicar la buena nueva. ¿Pruebas?, de nuevo ninguna pues el ángel vino a llevarse las planchas y las piedras que para eso eran sagradas. Claro, lo que me piden los mormones que me crea es tal cúmulo de sinrazones y fabulismos que por mucho que me esfuerce no me permite que se me aguante la risa floja.
                A estas “cositas” son a las que me refiero con creencias añadidas, de hecho podríamos coger cualquiera de las diferentes confesiones cristianas e ir a su origen para descubrir como nacieron, y os puedo asegurar que sin entrar en debates sobre las posteriores creencias dogmáticas que cada una de ellas tenga, todas tienen unos comienzos, todas surgen de una manera tan “humana” y en la mayoría de las ocasiones tan ridícula que cuando quieren proclamar su evangelización y se visten de guardianas fidedignas del mensaje del evangelio, a mí al menos siempre se me escapa la risa.



                Creo, por experiencia propia, que de lo primero que hay que despojarse es precisamente de al menos parte de esa pátina de la que hablábamos antes y que durante dos milenios nos ha creado la influencia cultural en una fe que consideramos parte de nuestra existencia. Todos somos, directa o indirectamente, educados según unos parámetros religiosos que nuestra familia da por buenos por el simple hecho de tradición cultural, y esa es la única causa de que nos creamos a una religión en particular y desechemos al resto considerándolas mitos o leyendas. La inmensa mayoría de la gente es creyente en una determinada religión, simplemente por una cuestión cultural, si naces en España probablemente serás católico, si naces en la India a ciencia cierta serás hindú, si hubieras nacido en Kuwait seguramente profesarías la fe musulmana, en Japón tendrías muchas posibilidades de ser budista, etc. Y claro, nunca investigas las raíces que dan origen a la religión que culturalmente te toca en suerte, simplemente las das por buenas, puesto que en ellas eres educado desde niño. Así que vamos a investigar un poco los orígenes del cristianismo para ver un poco de lo que nos quiere hacer creer, y que si en vez de ser nuestra religión cultural fuese la religión de otra cultura actual o de alguna cultura ya desaparecida, veríamos como increíble y probablemente irrisoria.
Cuando hablas con un cristiano y le mencionas o citas algún texto del antiguo testamento (a.t. desde ahora) de esos que tanto abundan y que les harían sonrojarse de vergüenza, inmediatamente te citarán dos pasajes del nuevo testamento (n.t. desde ahora) que son Heb 1,1-3 y I Cor 14 y 15, con los cuales te explicarán como el n.t. es la plenitud, el cumplimiento del a.t. que no fue más que la preparación para el verdadero mensaje de dios a la humanidad que nos otorgó por medio de su hijo. Esta es una de las primeras piedras de molino que el cristianismo hace tragar a los creyentes, lo que vienen a decir es que dios durante más de veinticinco siglos engañó a su propio pueblo elegido ocultándole por un lado su mensaje de salvación y por otro lado velándole el hecho de que ese mensaje no sería de exclusividad suya sino algo para toda la humanidad. Porque lo que implica la aceptación del cristianismo como religión inspirada es ni más ni menos que a pesar de las múltiples alianzas que dios hizo con su pueblo, las conversaciones directas que tuvo con Noé, Moisés, Abraham, Isaías, Jacob, David, Daniel, Ezequiel…. ó cualesquiera de los profetas y personajes principales del a.t. que hasta ese momento eran intermediarios directos, por obra y gracia de un par de escritos de un judío recién convertido tras la caída de su caballo de nombre Saulo y con más que palpables muestras de desordenes mentales, todos estos grandes elegidos por el mismísimo dios no pasan de ser algo así como sirvientes primarios, como una especie de experimento. Lo que el cristianismo quiere hacernos creer desde el mismo principio de su nacimiento es que dios, sabiendo como sabe todo de antemano, ocultó a su pueblo el futuro nacimiento de su propio hijo hecho hombre y con un mensaje de salvación, les obligó a odiar a las naciones vecinas cometiendo auténticos hechos genocidas y manteniendo toda clase de actitudes xenófobas con cualquier pueblo con el que se cruzaban para después encarnado en la persona de su hijo predicar lo contrario, dio a su pueblo una imagen de su personalidad y de sus innumerables atribuciones divinas y después las modifica en el n.t., les coaccionó al cumplimiento severo e irrenunciable de multitud de leyes, normas y rituales exclusivos todo ello dictado por su propia boca y con la llegada del cristianismo quedan derogadas por inútiles, el mismísimo dios crea toda una serie de castas sacerdotales y con su llegada a la tierra en la persona de su hijo esos sacerdotes son considerados falsos y herejes, y a pesar de que durante más de 2.500 años su contacto con la humanidad y todas sus promesas se reservan en exclusividad únicamente para su pueblo al que incluso obliga a cortarse un trozo de su prepucio para que así sea reconocido y como prueba de la alianza mutua, resulta que llega el cristianismo y nos dice que de exclusividades nada, que el mensaje de dios es para toda la humanidad.
                Si esta enorme contradicción nos la dijeran de cualquier otra religión diferente a la cristiana, ¿qué pensaríamos de dicha creencia? ¿Si alguien de otra creencia diferente a la cristiana nos presentase un dios tan cambiante, que pensaríamos con respecto a ese dios? Pues los cristianos según parece no ven o no quieren ver ninguna contradicción en todo esto y todavía no me he encontrado con alguno al que le cueste tragar con este dislate. Aquí de he confesar que gran parte de su culpa no es directa de los cristianos, sino de la forma en que cada confesión religiosa hace evangelización de la propia biblia, puesto que o bien no fomentan su lectura y los creyentes de su iglesia solo conocen una serie de textos repetidos año tras año en las diferentes liturgias, o si estimulan las lecturas bíblicas enseguida las encorsetan en estudios evangélicos con los que ya se encargan de encauzar los textos más propicios y de pasar de puntillas o disimular en todas las partes escabrosas.
De cualquiera de las maneras y para terminar con aquello que tenga alguna referencia con el a.t., hay otra “cosita” que llama mucho la atención y que la religión cristiana nos quiere hacer creer sin ningún tipo de prueba, se trata del mismo contenido del a.t. en relación a los textos del judaísmo. Si le preguntas a cualquier cristiano sobre las dos divisiones de sus libros, te dirán que el n.t. es la historia de la vida, obra y mensaje de Jesús y los escritos que conforman el génesis de sus creencias; y que el a.t. son los libros que los judíos utilizan y que estos son concordantes con los cristianos. Pero resulta que no es así, en la biblia se incorporan libros que el judaísmo no considera revelados. El libro de Tobías, el de Judit, fragmentos de Ester I y II, los libros de Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc y muchos fragmentos del libro de Daniel no están registrados en la biblia hebrea, la Tanaj, por lo cual no son admitidos por los judíos y existe controversia entre diferentes confesiones cristianas, aunque estas últimas si no los sitúan entre sus textos los contemplan como lecturas edificantes. Al contrario también ocurre, así los textos judaicos incluyen libros que el cristianismo ni siquiera conoce. Siendo el a.t. para los cristianos simplemente la historia del pueblo judío antes del advenimiento de su salvador ¿tanto cuesta el que al menos concuerden? Y como mi escepticismo me hace desconfiar de lo que veo raro eso me hace preguntarme ¿cuál es el motivo?, a lo mejor tiene algo que ver que los textos que contienen importantes variaciones y adiciones con respecto al texto canónico de la versión hebrea, sumados a estos libros interpuestos, el cristianismo los suele utilizar como prueba de que su Jesús es el mesías esperado, pero vamos yo solo me atrevo a pensar que tal vez sea por eso, solo pienso que a lo mejor…..



También me llama mucho la atención otro dislate incomprensible que te tienes que creer si eres cristiano y que además la inmensa mayoría de los cristianos o no la conoce o no le da la importancia que a mi modo de ver considero que tiene muy difícil justificación. Pongámonos por un momento en situación desde el punto de vista de un cristiano. No puede existir acontecimiento de mayor importancia para la humanidad que el hecho que ellos dan por seguro y creíble, de que el mismo dios se hace hombre y viene a vivir entre nosotros en forma humana y en la figura de su hijo Jesús. Pero no solo eso sino que además dios mismo, encarnado en su hijo viene a la tierra a traer a los hombres el mensaje salvador de toda la humanidad, la buena nueva que nos dará vida eterna y eso se realizará con el colofón de la muerte y resurrección del mismo dios que así nos librará del pecado original que es la fuente de nuestra condenación. ¿Hay alguna posibilidad de que haya existido en la historia de la humanidad un hecho de tal magnitud? Creo que desde el prisma cristiano la respuesta está bien clara, pero he aquí que dios se hace carne y hecho hombre parece ser que a la escuela fue más bien poco, puesto que nos salio algo analfabeto, o al menos con pocas ganas de escribir. Por que  resulta que este hombre-dios viniendo a habitar entre nosotros y trayéndonos el mensaje salvífico de mayor importancia de la humanidad, pasa por este valle de lágrimas y no se digna en escribir una sola línea de su doctrina. Se hace rodear por una serie de discípulos y salvo dos, al resto los escoge también analfabetos con lo que esto supone de imposibilidad de que dejen constancia y testimonio escrito de sus palabras, pero es que a los que si tenían conocimientos de escritura ni les ordena o siquiera insta para que escriban su mensaje de salvación. A resultas de esto ese hombre-dios vive en la tierra por un periodo aproximado de 33 años y ni él ni nadie de su entorno directo es capaz de tomar una sola nota y eso que la escritura ya se conocía en la zona desde hacía más de tres mil quinientos años. Muere, resucita y asciende al cielo y este personaje que parece tan consciente de su misión y de la importancia de su mensaje no deja NADA tras de sí que pueda ser utilizado como documento testimonial de su obra.
Pero lo más curioso es descubrir lo que si fue escrito, resulta que los primeros escritos cristianos son las cartas de Pablo el converso que no empieza a escribir hasta el año 68-70 de nuestra era, por lo que nos encontramos que lo que intenta hacernos creer el cristianismo es, que puede quedar algún tipo de veracidad y de realidad en unos escritos que narran hechos acaecidos en el mejor de los casos 35 años antes de ser compilados y que por añadidura son escritos por personas que ni conocieron, ni presenciaron, ni fueron testigos de ninguno de los hechos o palabras que transcriben.
Marcos escribe un evangelio, pero él no fue discípulo, todo lo que escribe lo hace de oídas de Pedro. Lucas escribe un evangelio y el libro de los hechos, pero él tampoco fue apóstol y todo lo que escribe lo hace transcribiendo copias hechas de traducciones sueltas y de lo que le narra Pablo, Mateo es el único autor evangélico que si fue apóstol pero la mayor parte de su escrito lo hace con los documentos de Marcos, y por último Juan escribe un evangelio y el Apocalipsis, pero este Juan no es el discípulo sino un tal Juan el anciano que realiza sus escritos basándose en  los recuerdos que obtuvo de otro Juan llamado el sacerdote y que probablemente es el “apóstol querido” que sale en la biblia. La parte más dogmática de los escritos cristianos es la que corresponde a Pablo, que no solo no conoció a Jesús, sino que además termina por imponer una serie de doctrinas totalmente ajenas al mensaje primigenio de Jesús. Nos quedan los escritos de Pedro que son dos cartas y una epístola de Santiago y de las que hay bastantes dudas sobre su autenticidad. O sea que el cristianismo quiere hacernos creer por una parte, que nadie siente la necesidad de dejar por escrito absolutamente nada ni de lo acontecido ni de lo revelado mediante la palabra de dios, al menos hasta que ya todos los testigos directos hubieran muerto o se encontrasen en la edad anciana y con más que probables problemas de memoria, y por otro lado que los más indicados para hacerlo como serían Pedro, piedra sucesora del mesías, y Santiago, hermano de Jesús, son los que menos aportan al cristianismo escrito, por paradójico que parezca, es obvio que entre los redactores neotestamentarios prevaleció una norma bien extraña: cuanto más cercanos a Jesús se encontraban, menos escritos suyos se aportaron al canon y viceversa. Francamente absurdo y sospechoso que más del 80% del nuevo testamento este redactado por santos varones que jamás conocieron directamente a Jesús ni los hechos y dichos que certifican.


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